La Mandarina
Poesía cítrica desde el corazón
jueves, 13 de junio de 2013
Desencajado.
Me besó,
y yo la dejé
besarme.
Fue un beso
desencajado.
La besé,
y ella se dejó
besar.
Siguió
sin encajar.
No sé cuál
de los dos
era la pieza
equivocada.
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