domingo, 18 de julio de 2010

Vestuario


Es fácil equivocarse de día
en el vestuario de la semana.
O quizá errar de vida,
de piel, de entrañas.

Salir-entrar.
Hacer de un instante otro momento,
y caer en cuenta
que una vez estuve más muerto.

Una vez, una vez,
una vez esperé hasta el grito
y hoy me encuentro
en busca del silencio.

Irremediablemente
alguien se confundió de coito,
y debo andar vestido de hombre
fingiendo no saber el final de este cuento.