domingo, 24 de octubre de 2010

En carne viva


Aun así alguien piensa en volver.
Quitarse la piel y respirar con el cuerpo:
en carne viva.
Andar mostrando las vísceras
sin miedo a la rapiña,
y decir que con sangre
el cuerpo llora.
Después de estandarizada la tortura,
hay mártires que disfrutan
desollarse y ser libres
de la barrera del tacto.
Aun así, a nosotros nos arden los abrazos,
y berreamos
al mínimo roce.

jueves, 21 de octubre de 2010

Tres veces muerto


Una vez muerto,
quiero que mi cuerpo se deshilache
como un vetusto lienzo
abandonado a la intemperie.
O se destiña
como una foto dejada al sol.
Quizá estos huesos se vuelvan
el salobre y oxidado hogar
de algún pescador.

Una vez muerto,
puede que la vida sea
un muro amordazado de afiches,
sanguinolento de graffitis
y de prófugas ideas
que niegan a su autor.

Una vez muerto,
habrá un niño contando estrellas
recostado de una flor.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Rostro en el lavabo


Cuando duermo, primero me levanto de la cama,
camino hacia el baño y me quito el rostro.
Dejo que escurra en el lavabo y miro al espejo.
Entonces, soy un retrato en blanco.

Luego quito la herrumbre de mis poros,
sacudo el polvo de viejas caricias
y me pongo otro nombre:
algo que suene como la lluvia.

Así atravieso noches y días
zurciéndome luz a las pupilas,
haciendo el amor
con quien pueda hacer de sí un prisma.

Para volver a despertar con esa herida
que se abre al filo del sueño.
Con ese rostro que te espera en el lavabo,
queriendo devorarte como una celda caníbal.

domingo, 18 de julio de 2010

Vestuario


Es fácil equivocarse de día
en el vestuario de la semana.
O quizá errar de vida,
de piel, de entrañas.

Salir-entrar.
Hacer de un instante otro momento,
y caer en cuenta
que una vez estuve más muerto.

Una vez, una vez,
una vez esperé hasta el grito
y hoy me encuentro
en busca del silencio.

Irremediablemente
alguien se confundió de coito,
y debo andar vestido de hombre
fingiendo no saber el final de este cuento.