martes, 30 de septiembre de 2014

Sácame del agua.



Sácame del agua
en el que duermo.
De la desordenada 
colección de recuerdos
sobre el futuro.
O el tornasolado telón
donde aguardan
los sueños,
para protagonizar
su efímero teatrino.
Sácame del horror
representado
en la más variada
gama de colores.
De los agujeros
temerarios
que una copa raída
dejó en la memoria
a fuerza de gotear
seducción
abaratada y fría.
Sácame del agua
en que respiro
plácidamente,
y que la primera
bocanada de aire
me despierte
con la certeza
de que a veces
es mejor
estar equivocado.

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